Uno de los desastres naturales en el
Perú es causado por el “fenómeno del niño”. Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/El_Niño_(fenómeno). Los efectos de éste
evento fueron pronosticados para inicios del año 2016, sin embargo el resultado
es lo queda hoy en día para su reconstrucción, el llamado “fenómeno del
niño costero”.
En el artículo anterior publicado en
éste blog, precisamente el 31 de Diciembre, daba cuenta respecto a la situación
crítica que atravesaba la agricultura en el valle del Nepeña por la falta de
agua (Ver artículo anterior).
El escenario cambia en el mes de
marzo y éste fenómeno del niño gana un
adjetivo más “costero”, es decir “fenómeno del niño costero) ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Niño_costero_(2016-2017), los efectos fueron
inesperados, lo que aún tomará mucho tiempo en reconstruir o recuperar,
esperamos con las medidas preventivas y condiciones de inversión adecuada en
infraestructura.
Aunque aún
no se difunde en este sentido una estimación global de las pérdidas económicas,
según el reporte del subgerente de Defensa Civil, Carlos Paredes Aranda,
informó que el “Niño Costero", en nuestra región Áncash ha dejado 23
muertos, 1 desaparecido, 112 heridos, más de 862.000 damnificados, además de
potenciales enfermedades y miles de viviendas dañadas, según el último reporte
oficial del COER. (Fuente: Chimbote en línea) ver: http://www.chimbotenlinea.com/fenomeno-el-nino/12/05/2017/el-nino-costero-dejo-mas-de-800-mil-damnificados-en-la-region-ancash
Ahora vayamos específicamente lo que
ocurrió en el valle del Nepeña. A razón de los huaicos que cayeron a través de
todas las quebradas, alimentaron el caudal de los ríos (Jimbe, Larea y Loco)
dejando aislado los distritos Cáceres del Perú – Jimbe, Pamparomás y Moro. El
acceso a los distintos caseríos de los distritos se interrumpieron completamente
el cual imposibilitó brindar apoyo a los damnificados. De manera extra oficial
se conoce que ha habido 4 fallecidos, como consecuencia de éstos desastres.
Durante
la fase crítica, los puntos de interrupción en el valle fueron:
Distrito
de Nepeña: Paso del río “Solivin”, antes del ingreso a San Jacinto (Ruta Chimbote - Moro), se bloqueó
la comunicación vial de Chimbote hacia los distritos de Moro, Cáceres del Perú,
etc. Del mismo modo las viviendas e
infraestructura de negocios fueron inundadas.
Distrito de Moro: Puente, 2 Kms.
antes de la capital del distrito.
Caseríos y anexos aislados: Virahuanca,
Paredones, Vinchamarca, Anta, Huarcós, Caura, Támbar, Santa Rosa, Wintón, Isco,
Breña Alta, Yapacayán, Quilluay. En muchos de éstos lugares han sido afectadas
viviendas, infraestructura de salud y educación, así mismo servicios de agua
potable y desagüe como el caso del caserío de Támbar. Caída del puente Santa
Rosa.
El daño muy marcado han sido los
puntos de captación de canales de irrigación cuya fuente es un río, el cual
hasta hoy en día de manera precaria se está recuperando para salvar los cultivos
en desarrollo.
En las áreas cercanas a los ríos o
cauces sobre el cual desde hace muchos años no se manifestaba la caída de
huaico han afectado a cultivos en plena producción como la palta y el mango,
así como también cultivos transitorios han sido dañados dejando en muchos casos terrenos empedrados que
demandará años para recuperarlos.
Distrito Cáceres del Perú – Jimbe:
Caseríos aislados; Lampanín, Anguy, Rayán, Bellavista, Canchas, Cosma, Cólcap,
Huaropampa, Cochapetí, Huashcayán, Tara, Peras, Cutco, Shonca, Quita, Tinco,
Racuaybamba, Carhuamarca, Taullishpampa, etc.
Distrito de Pamparomás: Por la zona
de la sub cuenca del Río Loco el tramo de carretera Yapacayán – Huanchuy ha
sido destruida casi en un 80% dejando aislado completamente a los caseríos de: Cajay,
Huanchuy, Cápan. Carachuco, Cárap, Pichiu, Huáscar, Huaracurán, Carampa,
Pampacancha, Pisha, Quicacayán, Pisha, Pucará, Antaracá, Ocshapampa y Nununga.
Hoy en día se han mejorado de una u
otra forma y de manera provisional la comunicación a los lugares antes
mencionados.
ESCENARIO
POSITIVO:
Durante ésta fase del desastre hemos podido observar el nivel de solidaridad
sumamente valorable. Los efectos del fenómeno del niño costero no fue solo a
nivel de los valles sino también las ciudades, es más hubo interrupciones en la
panamericana (vía principal en el país), específicamente en la zona: Huarmey, Casma, Huambacho y Coishco.
La
manifestación de solidaridad colectiva e individual fue muy notoria.
La iniciativa y la acción hasta hacer llegar el apoyo a los damnificados estoy
seguro ha sido una experiencia para muchos jóvenes y adultos, para no olvidar.
Quedan registros en las redes sociales el grado de motivación y sentimientos
encontrados durante la fase crítica. Cada uno y una pudieron intervenir de
acuerdo a las posibilidades.
Muchas
instituciones y empresas privadas se sumaron a ésta noble causa.
Para
promover una discusión y/o análisis propio (a):
Hemos podido apreciar la intervención
de parte del estado, gobiernos local y regional. Sin embargo ésta experiencia
nos deja una gran lección, ¿qué tan preparado estamos para éste tipo de eventos?...¿qué nivel de organización
requiere y cuáles fueron nuestras debilidades?... ¿existe una cultura de
prevención a nivel de persona, comunidad, autoridades?
¿Cuánto de recursos se
pierde cuando no hay una buena planificación para la intervención frente a éste
tipo de desastres?... ¿Cuán eficaz es la ayuda, una vez más, sino hay una buena
organización?.
Es importante asumir como una buena
lección y una oportunidad a no perder a fin de que cada uno (a) de nosotros
(as) pueda cumplir con su función como autoridad y ciudadano y de manera conjunta reducir los efectos negativos, en todo caso
estar a la altura de lugares en el mundo en el cual las acciones e
infraestructura soportan éste tipo de eventos.
Autor del artículo: Ing. Juan Cerna Espinoza
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