BIENVENIDOS

Estimados amig@s:

Considero que éste espacio ayudará a crear un escenario de difusión de la historia, potenciales, procesos de desarrollo, etc. de un lugar pujante por el cual hasta el día de hoy con el apoyo de
much@s hemos contribuido en su desarrollo.
Así mismo pongo de manifiesto que mi concepción de la realidad no siempre se puede ajustar a quienes piensan distinto a mí, pero mi predisposición para fortalecer y enriquecer a un distrito que progresa día a día.

domingo, 31 de octubre de 2010

AGRICULTURA MORO - SIERRA

Agricultura en Moro
Moro y alrededores han desarrollado una agricultura con muy buenos resultados hasta los años 80, a pesar de no contar con instrumentos y capacidades suficientes para el desarrollo de una agricultura sostenible.
Es muy fácil deducir a partir de las opiniones de una serie de personas de Chimbote, Trujillo, Casma que han tenido la oportunidad de conocer la zona y mencionan la calidad del pisco, el vino, la yuca, la palta.
La realidad agrícola hoy ha dado un giro enormemente, ello va desde el cultivo y productividad obviamente esto implica que el productor debe tener o debe volcar sus conocimientos de acuerdo a estos cambios.
Los potenciales de Moro y alrededores son quizá la fortaleza sobre el cual se puede basar la sostenibilidad agrícola. 
Existieron anteriormente programas de gobierno que apoyaron la agricultura mediante la apertura de un Banco Agrario así como las asistencias a través de las Agencias Agrarias y esto probablemente porque no estuvieron diseñados con criterios de sostenibilidad sino con criterios asistencialistas, fracasaron. Es más, generó en el agricultor una actitud de conformismo y sin mayores ánimos de asumir una responsabilidad basados en la premisa “lo del estado es dinero de todos, por eso no devuelvo”. Estos programas en el fondo no son malos sino que exigen un mejor planteamiento en la manera como se utilizan los recursos y ello va a través de capacitaciones permanentes y progresivamente implementar tecnologías y sistemas de crédito para que el agricultor actúe sobre bases sustentables.
El impulso estructurado de la agricultura en Moro podría dar resultados mucho más inmediatos que en la sierra esto debido a que esta establecida la propiedad individual. Si bien es cierto que en Moro cada agricultor en promedio posee 3.6 hectáreas de terreno, áreas muy limitadas para el desarrollo de una agricultura intensiva aún es posible viabilizar mediante una organización de agricultores en el cual se formen asociaciones o comités para cultivos específicos a fin establecer una estructura organizacional que permita acceder a programas y/o realizar gestiones de apoyo a la agricultura.
La Asociación Caminemos Unidos, apuesta por este horizonte, para ello viene trabajando en el fortalecimiento de la Asociación de Agricultores y Afines de Moro (ASAAM) y para los casos específicos de capacitación a los agricultores hemos tenido que establecer convenios con instituciones tales como: La estación Experimental Donoso- Huaral (INIEA – Donoso), la Estación Experimental Baños del Inca Cajamarca y el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA – Ancash).
Podríamos decir que el desarrollo de la agricultura en Moro es como un elefante dormido, bastaría una activa participación de los agricultores a nivel organizativo a fin planificar los cultivos y que las acciones de adquisición de material vegetativo, semillas, insumos, asistencia técnica y comercialización sea sobre cronogramas elaborados conjuntamente. Esto permitiría disminuir costos de transporte, logística, etc. Debido a que las negociaciones se harían sobre grandes volúmenes y en este caso la negociación con los proveedores y exportadores es mucho más equilibrado y que al fin va a favorecer notablemente al agricultor.
Agricultura en la sierra
La agricultura en la sierra tiene muchas limitaciones para su desarrollo tal es así que la prioridad debe estar orientada a mejorar la calidad de vida y paralelamente introducir el concepto de mercado competitivo.
El mecanismo de comercialización de productos por muchos años se efectuó bajo el sistema de trueque y el campesino podía conformarse con adquirir o intercambiar un bien aprovechable en periodos cortos. La acumulación de riquezas es propia solo para el caso de algunas familias que puede estar reflejada en la tenencia de grandes áreas de terreno así como numerosas cabezas de ganado.
La economía para el caso de la sierra no ha sido muy rigurosa hasta los años 70, porque habían buenas épocas de lluvia y las áreas cultivables se implementaban en toda su dimensión de modo que el campesino podía cosechar lo suficiente como para guardar durante el año, intercambiar con otros productos y vender en el caso de algunos productos como la papa. 
Uno de los factores para que no haya una revolución en el sector agrícola en la sierra es la propiedad sobre las tierras. En el caso de la sub cuenca del Río Loco son muy poco los campesinos que son propietarios de tierras pero en su mayoría corresponden a terrenos comunitarios, es decir están administradas por la comunidad para el cual se cuenta con un comité administradora que se encarga de hacer el cobro respectivo por su uso ya sea en efectivo o productos.
El incremento de la población obliga a que cada vez los terrenos disminuyan en tamaño creando así un dominio del minifundio y por ende complicando las vías de concertación para la consolidación de una organización.
Constituyendo una organización con personería jurídica contribuiría notablemente a la mejora de la actividad aprovechando así el apoyo de una serie de instancias que condicionan la facilitación de apoyo bajo la condición de organización.
La accesibilidad por muchos años fue una limitante para el desarrollo agrícola, pero en la actualidad se cuenta con una carretera de acceso a toda la sub cuenca y propiciado el flujo constante de las mercancías y/o productos de la sierra en pequeñas cantidades hacia los mercados de Moro, San Jacinto, Chimbote y Casma; del mismo modo hacia la otra vertiente como es el mercado de Caraz, Yungay y Huaraz. Estas vías de acceso han propiciado a que el campesino tenga mayor interés sobre la productividad. No podemos mencionar la rentabilidad porque aún es necesaria analizar otros factores que podrían causar un alto costo de producción y que no dependen directamente del campesino sino de condiciones de infraestructura ya sea en transporte, riego, etc.
En el Perú ya se cuenta con experiencias muy interesantes en lo que respecta al mejor uso de los recursos incluyendo tierras en las zonas alto andinas, conllevando de esta manera y con el apoyo del sector privado en la implementación de cultivos con fines de exportación y que están dando resultados muy positivos para la economía del campesino.


Autor del artículo: Ing. Juan Cerna Espinoza


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